10 diciembre, 2009

Sueño

Imagíname encantada,
Como polvo que penetra en las rendijas,
Como herrumbre que corroe,
Que transforma.

Imagíname desnuda,
A caballo galopante,
Toda extasiada y coronada de estrellas.

Imagíname mujer,
Con la potencia de mi entraña ardiente
De lenguas perdidas
De voz ronca, gimiente.

Imagíname dirigiendo
Al ejército de mis hijos, los de otros,
Los tuyos, los que no poseen nombres.

Imagíname, iluso, tuya
Pues no soy de nadie,
Pues mi boca espumosa y profana
Aunque te encuentra y te recorre
Es posesión de hendija oscura que me divide.