02 agosto, 2017

Una carta para decir Feliz Cumpleaños…




-El tiempo es nuestro mayor enemigo amiga –

Digamos que somos una sucesión de momentos, un presente que se dilata y que progresa, que todas las imágenes que tengo tuyas son siempre las mismas, riendo con la boca y con los ojos un poco gatunos que tienes… moviendo las manos, habitando todo cuando hablas y relatas una historia… tus silencios cómplices.

Me descorazona el no poder haber asistido a la celebración de tu natalicio pero leí tu poema y tu nombre danzó en el aire barranquillero como cuando lo escribí en esa casa tuya - que se volvió mi casa también- cerca al Mar…

( todo el tiempo estoy rezando en tu nombre querida y me preocupa el tiempo que no es otra cosa que distancia)

¿Podrás perdonarme estas ganas que tengo de no extrañar a nadie? Y sin embargo todo mi ser se concentra en imaginarte sonriendo este y todos los 29 de julios que han de venir.


Te amo.

27 marzo, 2017

Una mujer necesita un trago



Por aquellos días el insomnio no daba tregua. Se sentaba lento en el borde de mi cama, deslizaba suavemente las cobijas  y se me atornillaba en los tobillos, en los glúteos, en el pecho, me recorría extensamente las piernas y luego me penetraba duro, rápido y tenazmente. Ya después no me sentía de otra forma sino como abandonada, elevaba las piernas, ponía música baja, organizaba el chiquero que había amontonado por días y si no encontraba algo que beber, salía a la calle a intentar que algún tipo me invitara.

Cuando llegué al bar estaban cerrando. Había tres parejas bailando lento, ebrias de deseo y alcohol y cigarrillos baratos. La música alegre contrastaba con mi estado  pero no importaba, yo estaba allí para conseguir una cerveza  y con quien olvidarme de la agonía. Un rubio se acerca a la barra y me mira con lascivia y sin embargo no lo prefiero; tal vez alguna mirada tierna me vendría bien, un beso en la frente, en los ojos, en la concha y todo estaría bien a pesar de que luego no podamos ni acordarnos de nuestras caras. Dick, el Barman, interrumpe mi pensamiento y me dice que debo irme yo le lanzo na mirada cómplice que inmediatamente rechaza, no me dejará quedarme y aunque se la chupe no me va a dar ni una maldita cerveza. Salgo a la calle.

¿A donde corren las almas desamparadas esta noche de abril?


El rubio ha esperado a las afueras del bar me ofrece un cigarrillo y saca una botella de  alcohol artesanal de la Sierra, me dice que vive cerca y que si  gusto lo acompaño, pienso que en mi apartamento me espera mi diminuta cama, con sabanas sucias del sudor de abstinencia y le digo que sí y le ofrezco una sonrisa, le muestro la fila lustrosa de cada uno de mis blancos dientes superiores…
yo soy una mujer frágil y vamos ¿A qué hombre no le gusta las mujeres frágiles? Les gustan las niñas, hermanas, madres, mujeres dóciles y de culo fácil, esas que se cojen cuantas veces lo desean y que luego sufrirán con el abandono y bueno, yo estoy aquí con mis pechos grandes diciéndote con mis teclas como dientes que lo seré, claro que sí chico, me portaré bien si me das dos o tres  tragos y  prometo no olvidarte y llorar en tu nombre luego para que las noches de abril no te sean tan miserables...

-Vamos-